Ricardo Claro tendrá funeral por partida doble.

Mientras representantes del mundo político y especuladores financieros lloran la muerte del conservador empresario anti-comunista y defensor de la dictadura militar; sectores sociales preparan un segundo funeral de carácter simbólico y celebrativo, en donde retratarán oscuros aspectos biográficos del empresario considerado como “el hombre más temido de Chile”.

Por Cristian Reyes Herrera.

Con tristeza por parte de la oligarquía político-empresarial y con alegría por parte de sectores sociales fue recibida la noticia del fallecimiento del empresario Ricardo Claro, acérrimo defensor de la dictadura de Augusto Pinochet y dueño de la Compañía sudamericana de vapores, Elecmetal, Viña Santa Rita y Megavisión, entre otras.

El empresario, ferviente anti-comunista, colaborador del régimen militar y acusado de facilitar barcos de su propiedad en actos de persecución política, tortura y muerte durante la dictadura militar, falleció las 4 de la madrugada producto de un paro cardiaco, luego de haber asistido a la ópera “La bodas de fígaro” en el teatro municipal de Santiago.

Políticos de la alianza y la Democracia Cristiana, además de algunos especuladores financieros han manifestado su desazón por la muerte del empresario. En tanto, el ministro del interior, Edmundo Pérez Yoma, señaló que se trataba de "un hombre muy connotado, muy conocido en la sociedad chilena", enviando sus condolencias a la familia de quien fuera considerado como “el hombre más temido de Chile” el año 2001, en una encuesta realizada por “El Mercurio” superando a una treintena de personajes públicos, entre ellos el propio Mamo Contreras (director de la disuelta DINA).

Por otra parte, actores sociales contrarios o afectados por las acciones del empresario han manifestado su desprecio hacia Claro y alegría por su extinción, organizándose un velatorio y luego un funeral paralelo en donde se recordarán los aspectos biográficos mas siniestros del empresario, como la desaparición trabajadores de la empresa Elecmetal (de su propiedad) quienes eran parte del sindicato cuando la empresa fue expropiada durante el gobierno de la Unidad Popular; situación que aparece consignada en el Informe Rettig.

“Levantaremos el cajón fúnebre que contendrá simbólicamente los restos de Ricardo Claro, para dirigirnos al puente Pio Nono sobre el río Mapocho y entregar a la naturaleza los restos del canalla”, señala Carlos Soto, en una columna del diario electrónico “El Quinto Infierno”.

A las 19:00 horas de hoy se realizó un responso fúnebre en la Parroquia San Francisco de Sales. Posteriormente el cuerpo de Ricardo Claro será velado en su mansión en Las Condes, y sus funerales se realizarán mañana a las 10:00 horas.

En tanto el velorio alternativo y otro-funeral, se realizará mañana a las 19:00 horas en Pio Nono con Bellavista, Santiago, de acuerdo a lo señalado por los organizadores, quienes solicitan además a los asistentes llevar todo tipo de artefacto carnavalesco.

¿Quién era Ricardo Claro?

Ricardo Claro nació el 26 de agosto de 1934 en Santiago, siendo parte de una familia ligada a la política, la economía y el mundo conservador. Estaba Casado con María Luisa Vidal, con quién no tuvo hijos.

Sus estudios los inició en el exclusivo Colegio Saint George. Posteriormente entra a estudiar Derecho. Mientras estudiaba, Ricardo Claro fue expulsado de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile por los propios estudiantes, luego de denunciar a una compañera de curso a la policía por ser comunista. Claro, la acusó ante Carabineros y, según testigos consultados por el diario “The Clinic”, cuando éstos llegaron a buscarla a la Facultad de Derecho donde ambos estudiaban, Claro comenzó a gritar “¡ella es, ella es!”. Y se la llevaron a rastras.

Ricardo Claro fue parte de la dictadura militar como asesor del canciller, a partir del 12 de septiembre de 1973. Días después asistió a Washington para intentar conseguir recursos económicos para el gobierno de facto, luego de lo que calificaban como el “éxito en la lucha contra el marxismo”.

Posteriormente, para la realización de la sexta asamblea de OEA, en Santiago en 1976, Claro fue designado coordinador general del encuentro. Las violaciones de los derechos humanos fueron tema obligado, sin embargo Pinochet y sus funcionarios lograron ocultarlo. En definitiva, la resolución final hizo una tibia censura hacia el gobierno militar, que luego “El Mercurio” interpretó como apoyo total por parte del organismo internacional a la dictadura. El entonces presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, Jaime Castillo Velasco, y Andrés Zaldívar (ex compañero de universidad de Ricardo Claro) lograron hacer llegar a los delegados algunos documentos que denunciaban las muertes, desapariciones y torturas. Ricardo Claro los acusó de traidores y el régimen dispuso la expulsión de Castillo y la prohibición de ingreso de Zaldívar.

Al empresario también se le ha vinculado en la detención y desaparición de un grupo de trabajadores de Elecmetal, empresa de su propiedad. Según relató al diario “La Nación” el hermano de dos de las víctimas y ex trabajador de esa compañía, Mario Fernández , él mismo presenció cómo los trabajadores desaparecidos fueron citados a la oficina de la gerencia por el interventor militar Patricio Altamirano, el gerente Gustavo Ross y el director, Fernán Gazmuri, para ser entregados a carabineros. Luego de la cita, los trabajadores nunca más regresaron y el hecho aparece consignado en el Informe Retting. Los hermanos de Mario eran parte del sindicato de la empresa y participaron en la expropiación de esta durante el gobierno de la Unidad Popular, siendo amenazados de muerte por el propio Claro, quién prometió venganza.

En los 90, Ricardo Claro decide crear Megavisión, canal privado que en primera instancia tenía como objetivo a un público de clase media-alta pero no tuvo éxito de sintonía. Es allí cuando sucede el conocido caso “Piñeragate”. Claro difundió en un programa televisivo una grabación en la cual el actual abanderado presidencial de Renovación Nacional, Sebastián Piñera comentaba telefónicamente la forma en que preparaba una mezquina maniobra para quitar del camino a su propia compañera de partido, Evelyn Matthei. La situación quitó a Piñera toda posibilidad de llegar a ser candidato en aquel entonces.

Posteriormente, la parrilla programática de Mega cambia a una de tipo más popular, aunque siempre manteniendo una línea editorial de corte derechista y conservador. Cambian el nombre del canal a “Mega”, y comienzan a trasmitir programas como “Mekano”, que fue éxito de rating pese a ser muy criticado por entregar un mensaje vacío y masificar el axé, además de ser ícono de la juventud que 'no está ni ahí'. La propuesta de Mega continua actualmente entregando espacio en sus pantallas a personajes reconocidos como grandes defensores tanto del pinochetismo, del fascismo y del modelo neoliberal como la cantante Patricia Maldonado, el conductor Kike Morandé o el controvertido cura Hasbún,

Ricardo Claro también fue “funado” en las puertas de su canal, Mega. Los manifestantes aseguraron a medios de prensa que Claro puso a disposición de los militares dos barcos de otra de sus empresas, la Compañía Sudamericana de Vapores, para ser usados como centros de detención y tortura. Uno de ellos, el Maipo, trasladó a 380 detenidos desde Valparaíso hasta Pisagua. Muchos de sus “pasajeros” perdieron la vida. El otro barco, el Lebu, cumplió el rol de cárcel flotante y más de dos mil personas pasaron por sus bodegas y camarotes.